Descripción
Desde tiempos inmemorables y en numerosas tradiciones, este número posee un fuerte simbolismos, especialmente cuando se refiere a procesos de honda transformación. De hecho, el número cuarenta en la Biblia judeo-cristiana no constituye un periodo de tiempo exacto en días o años, sino “el periodo de tiempo necesario para una gran transformación”: Cuarenta día duró el diluvio, cuarenta años vagó por el desierto el pueblo de Israel o cuarenta días estuvo Jesús en el desierto antes de comenzar a predicar. Representa “el cambio de un periodo a otro”.
En la espiritualidad islámica representa la madurez, implica la lucidez de distinguir lo esencial de lo relativo.
En otro nivel muchas teorías apuntan que a los cuarenta años se produce un cambio en la vida de las personas. Conocido popularmente como la “crisis de los cuarenta” o “la crisis de la mitad de la vida”; Hasta esa edad se dice que construimos a partir de ella necesitamos “deconstruir”, integrar lo que no es útil y derribar lo que construimos para protegernos y poner límites.
En diferentes lesiones o enfermedades necesitamos de esos cuarenta días para que el cuerpo se restablezca.
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